La úlcera por presión es una lesión localizada de la piel y/o el tejido subyacente a ella,
generalmente ubicada sobre una prominencia ósea, a consecuencia de la combinación
de la presión, la isquemia y las fuerzas tangenciales o de cizallamiento.
Tanto las úlceras por presión como las heridas crónicas requieren para su
cicatrización de períodos muy prolongados de tiempo, ya que cicatriza por segunda
intención, en un complejo proceso que elimina y reemplaza el tejido dañado.
Se
considera que una herida se cronifica cuando no ha culminado el proceso de cierre de
la misma en un período de 6 semanas. Las heridas crónicas están siempre colonizadas
o contaminadas por gérmenes, por lo que un adecuado manejo de la carga bacteriana
influirá en una mejor evolución de la cicatrización y evitará la infección local. Las
heridas crónicas se diferencian de las heridas agudas, quirúrgicas, traumáticas,
porque éstas últimas cicatrizan por primera intención, mediante la superposición de
planos, en un período comprendido entre los 7 y los 14 días. Algunas heridas agudas
pueden cronificarse, es el caso de complicaciones como la dehiscencia de suturas,
heridas que fistulizan o bien heridas con evolución tórpida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario